Carta de mi querido Embajador, Fernando Ónega
Al final, todo se sabe. Incluso la edad de Lola Rueda, que era uno de los secretos más buscados por quienes la queremos, pero no nos atrevemos a preguntárselo, porque Superlola no tiene edad. Y no por ser mujer, sino porque lo que hace no se mide por años; se mide por pasión, por eficacia y por entusiasmo.
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